El referéndum celebrado en Moldavia el 20 de octubre, junto con la primera vuelta de las elecciones presidenciales, reveló la división del país sobre su futuro político y económico. La consulta constitucional promovida por la presidenta Maia Sandu reveló un débil apoyo a la integración en la Unión Europea, con un 50,4% a favor frente a un 49,6% en contra.
En la segunda vuelta de las elecciones, Maja Sandu obtuvo el 54% de los votos, por delante del ex fiscal general Alexander Stoyanoglo, que logró el 46%, a pesar de la participación de votantes en el extranjero. La participación electoral fue alta, frente al 54% en las elecciones anteriores. Sandu declaró la victoria a pesar de posibles apelaciones y la inclusión de votos de los consulados en el extranjero, donde muchos moldavos apoyan la adhesión a la UE. Sin embargo, la diáspora en Rusia, hogar de 400.000 moldavos, es en gran medida pro-Kremlin.
Las autoridades moldavas condenaron la injerencia rusa en el proceso electoral. Stanislav Sekrieru, asesor de seguridad nacional del presidente, advirtió sobre intentos de distorsionar los resultados. Además, varios países de la UE fueron informados de las intenciones de Rusia de impedir el voto de los moldavos en el extranjero, ya que esta diáspora es considerada proeuropea.
El Canal 5 ha informado de fallos en el sistema informático de los distritos electorales de varios países europeos y está investigando un posible transporte organizado de votantes desde Rusia. La primera ministra Doreen Rechan también citó «falsos temores de bombas» en el extranjero para recuperar votos.
Los observadores de la ONG moldava Promo-LEX informaron de 109 violaciones durante las primeras horas de votación, incluido el transporte organizado de votantes a Turquía y la apertura tardía de 62 colegios electorales. A pesar de estos problemas, el trabajo de las comisiones electorales fue calificado como «bueno» en casi el 99% de los casos.
Maya Sandhu, de 52 años, ingresó a la política en 2012 después de una carrera en el Banco Mundial y como ministra de Educación. Después de su elección presidencial en 2020, expresó su apoyo a la adhesión de Ucrania y Moldavia a la UE, prometiendo reformas y mejoras en la calidad de vida.
Por otro lado, Alexander Stoianoglo, de 57 años, candidato del Partido Socialista de Moldavia, se presenta como un nuevo político y proviene de la región separatista de Gagauzia. A diferencia de su predecesor, Igor Dodon, Stojanoglo ofrece un enfoque más conciliador hacia Rusia y cree que el conflicto territorial con Transnistria puede resolverse mediante el diálogo.