La semana pasada los cinco mayores bancos del país han dado a conocer sus resultados de 2023. En conjunto suman unas ganancias de 26.000 millones de euros, las más elevadas de su historia. Afirman que en sus actividades en España, han cosechado 11.428 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 53%. Las razones de unos beneficios tan ostentosos de Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell y Bankinter se deben sustancialmente a dos medidas del Banco Central Europeo: la fuerte subida de los tipos de interés y la alta remuneración del 4% de las reservas que los bancos privados tienen depositadas en los bancos centrales nacionales.
Los cinco bancos han destinado prácticamente la mitad de los beneficios a sus accionistas. Es significativo que casi todas las entidades coincidan en distribuir un 50% de las ganancias por dividendos y recompras de acciones excepto Caixabank, con una participación del Estado del 17%, que repartirá el 60% de las mismas.
Los elevados beneficios han evidenciado lo justificado que estuvo el gravamen extraordinario temporal a la banca impuesto por el Gobierno, que ha supuesto tan solo 1.050 millones de euros. Las críticas de los banqueros a esta medida se desvanecen por si solas ante la evidencia de las cifras. Además como recordaba recientemente en este periódico el profesor de la Universidad de Berkeley, Gabriel Zucman: “no corresponde a los ricos decidir cuántos impuestos deben pagar”.
Este bondadoso reparto de beneficios, como sino hubiera un mañana, choca con las recomendaciones de las autoridades. El último informe de Estabilidad Financiera del Banco de España, del pasado otoño, llamaba a las entidades a que “actúen con prudencia en la gestión de sus beneficios”. El informe constataba que durante 2022 los bancos habían dedicado un 44% de sus beneficios a dividendos o a la recompra de acciones y un 32% a la acumulación de reservas. El Banco de España apremiaba a las entidades a “llevar a cabo una política prudente de planificación de provisiones y de capital que permita utilizar el incremento de los beneficios para aumentar la capacidad de resistencia del sector”. Las entidades han ignorado los consejos y aumentado el reparto al 50%.
A las autoridades les preocupa la escasez de capital. Señalan que la ratio de capital de los bancos españoles “se mantiene por debajo de las observadas en los sistemas bancarios del resto de las economías europeas de mayor tamaño”. A cierre del primer semestre de de 2023 la ratio de capital para España “fue menor que la observada para países como Alemania, Francia, Italia y Países Bajos”. Y la brecha con respecto a estos países siguió aumentando.
Además de destinar una mayor parte de sus ganancias a capitalizarse, las entidades deberían ser más diligentes ante las quejas de sus clientes. En 2022 recibieron 551.644 reclamaciones, de las que solo un 34% fueron resueltas a favor de los reclamantes. Mientras, los tribunales han dictado más de 420.000 sentencias desde 2017,con un 97% favorables a los clientes. La banca no puede seguir siendo un mundo aparte con sus excesos.
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