El Tesoro elevará la deuda pública de España en 55.000 millones de euros netos a lo largo de este año, 10.000 millones menos que en 2023, para cubrir sus necesidades de financiación en un entorno de ralentización económica y tipos elevados —aunque se espera una estabilización gracias a la moderación de los precios—. Así lo ha adelantado el flamante ministro de economía y ex secretario general del Tesoro, Carlos Cuerpo, en su primera comparecencia en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. “Estos son datos de gran relevancia y también muy importantes de cara a seguir manteniendo la elevada confianza de los mercados internacionales”, ha asegurado.
Cuerpo ha afirmado que la estrategia de financiación del Tesoro para 2024 mantiene las características de los años anteriores: es “prudente” y “flexible” para hacer frente a cualquier “cambio de casuística”. Pese a la reducción de las emisiones netas, la deuda bruta aumentará de los 252.000 millones a los 257.600 millones, un alza del 2%, como resultado del incremento de las amortizaciones. El organismo prevé cubrir la mayoría de estas necesidades con instrumentos a medio y largo plazo para que la vida media de la deuda se mantenga cerca de los ocho años y se pueda así diluir el impacto del alza de tipos. “Dada la elevada vida media, cualquier subida de coste va a ser muy contenida”, aseguran fuentes del ministerio.
El programa de financiación de 2023 se cerró con una emisión neta inferior a la prevista, de 65.126 millones frente a los 70.000 estimados —un patrón, el de emitir menos de lo estimado, que también se había dado el año anterior—. Este resultado, según Cuerpo, refleja un “excelente comportamiento económico” de España, mejor del inicialmente pronosticado —con un crecimiento del PIB que rondará el 2,4% para el conjunto de 2023—, incluso en un contexto de “elevada incertidumbre internacional”. Por su parte, la emisión bruta fue de 251.995 millones.
Ante este escenario, el sucesor de Nadia Calviño al frente del ministerio ha subrayado que la estrategia para 2024 también evidencia el compromiso del Gobierno con la consolidación fiscal y la reducción de la deuda pública. Una meta amenazada por el entorno de incertidumbre, los mayores costes de financiación y la retirada de estímulos del Banco Central Europeo (BCE), pero que a la vez se ha hecho más apremiante aún con la entrada el nuevo marco fiscal europeo.
El Ejecutivo prevé reducir la deuda pública hasta el 106,3% a finales de 2024, frente al 108,1% que estima para el cierre de 2023, del cual el Banco de España aún no ha publicado el dato definitivo. Estas estimaciones están recogidas en el Plan Presupuestario que el Ejecutivo envió a Bruselas a mediados de octubre, un documento que funciona como hoja de ruta de las futuras políticas económicas del país y que, en su última redacción, destacaba el récord que tendrá el pago de intereses a lo largo de este ejercicio.
“El gasto en intereses para 2023 mantendrá, previsiblemente, el peso en el PIB del 2,4% con que cerró en 2022, aunque en niveles aumenta con respecto al ejercicio anterior. Para 2024 se prevé un aumento hasta el 2,5% del PIB, como consecuencia de la progresiva traslación a la deuda pública española de los mayores tipos de interés del Banco Central Europeo”, desglosa el documento. La factura para la deuda del Estado pasará de los 35.550 millones del pasado año a los 39.078 en 2024.
El Tesoro explica que toda la financiación neta se obtendrá a través de la emisión de instrumentos a medio y largo plazo, que ascenderá a 55.000 millones, correspondientes con una emisión bruta de 173.118 millones de euros. Por su parte, la emisión bruta de Letras del Tesoro será de 84.454 millones de euros, cifra similar a la del pasado año. Por lo que respecta a las emisiones regulares de valores del Tesoro, está prevista la realización de 48 subastas ordinarias de Letras y Bonos y Obligaciones del Estado. Fuentes del ministerio explican que el coste medio de la emisión dependerá de la evolución de los tipos, y que es posible que estos, “y así lo apunta el mercado”, ya hayan tocado techo. De hecho, en las dos primeras subastas de bonos y letras de 2024 se ha registrado una caída de costes desde octubre a los que se ha colocado la deuda.
El ministerio prevé que en 2024 siga el apetito por la deuda española registrado el pasado año, en el que el interés de los inversores institucionales internacionales se elevó tanto en términos porcentuales como absolutos, así como el aumento “histórico” de las compras minoristas de las Letras del Tesoro, que ascendían a casi 23.000 millones a finales de octubre, una cifra equivalente a más del 31% del total de Letras en circulación.
Poco antes de que Cuerpo diera a conocer los detalles de la nueva estrategia de financiación pública, se celebró la primera subasta de letras del año, en la que el Tesoro ha colocado 5.056 millones a tipos mixtos, elevando ligeramente la remuneración a seis meses y recortando la ofrecida a 12 meses. En concreto, el organismo ha colocado 1.036,65 millones en letras a seis meses —frente a una demanda de los inversores de 2.572,65 millones— con una rentabilidad del 3,635%, algo más del 3,620% previo; en la subasta de letras a 12 meses se han adjudicado 4.019,45 millones, con unas peticiones de 6.151,33 millones, a un interés marginal del 3,314%, ante el 3,327% anterior.
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