Nvidia empezó como una pequeña empresa dedicada a la venta de procesadores para videojuegos, un producto concreto en una industria concreta. Sin embargo, su verdadero éxito llegó con la exportación de GPU, un componente esencial de la informática moderna, crucial para el procesamiento de datos en diversas industrias. Hoy, Nvidia tiene una base de clientes global dispuesta a pagar precios más altos o esperar meses por sus procesadores.
Manuel Ujaldón, catedrático de arquitectura de ordenadores de la Universidad de Málaga y embajador de Nvidia, expresa así su visión:
«La idea era crear un procesador gráfico de uso general, útil para la sociedad, no sólo para los jugadores».
Este fue un momento crucial en la historia de Nvidia, que marcó su transición hacia un enfoque industrial más amplio.
Inicialmente, Nvidia se centró en revolucionar los gráficos de los videojuegos. Las primeras tarjetas gráficas eran básicas y la CPU de la época no podía cubrir las exigencias del gaming. Mientras tanto, la industria desarrollaba chips para gráficos 2D y 3D, y Nvidia presentó la GPU, un procesador dedicado a trabajar con imágenes. La PlayStation de Sony fue una de las primeras consolas en utilizar una GPU, lo que mejoró significativamente la experiencia de juego. Sin embargo, Nvidia revolucionó el mercado al comercializar la GPU como un producto independiente bajo la marca GeForce.
El pionero de Nvidia, Mark Harris, aprovechó al máximo el potencial de las GPU en los videojuegos y las aplicó a la informática y a la ciencia en general. Esto llevó al desarrollo de CUDA, un ecosistema de software y hardware que permite el uso de GPU para una amplia gama de aplicaciones científicas. Este avance fue fundamental para desarrollos como la vacuna de ARNm contra el coronavirus.
Nvidia ha ampliado el uso de sus GPU a campos como el diagnóstico de cáncer, la monitorización genética, la simulación de frecuencia y el estudio de parámetros climáticos. Ujaldón destacó que esta tecnología ha mejorado significativamente la eficiencia en los hospitales, reduciendo los tiempos de espera de los pacientes.
La empresa pasó de vender procesadores para videojuegos a convertirse en un fenómeno global, distribuyendo chips a científicos, empresas y diversas industrias. Nvidia ha mantenido su posición de liderazgo en el mercado de GPU, especialmente con la llegada de la inteligencia artificial (IA), que ha aumentado su valor en el mercado. La capacidad de la GPU para procesar grandes cantidades de datos se ha vuelto crítica en la era del big data.
El concepto de paralelismo de datos, utilizado desde la década de 1980, es fundamental para la arquitectura GPU. Mientras que la CPU divide las tareas en unas pocas horas, la GPU puede manejar millones de pequeñas tareas al mismo tiempo, lo que resulta ideal para procesar grandes cantidades de datos.
Nvidia ha estado desarrollando productos impulsados por IA durante más de una década y es un enfoque visionario. En 2017, la empresa patentó una arquitectura avanzada que ha mantenido su papel de liderazgo en el mercado.
Sin embargo, Nvidia no es invulnerable. Una empresa puede enfrentar desafíos debido a cambios macroeconómicos o crisis que afectan la demanda de sus productos. Además, competidores como Intel están invirtiendo en el desarrollo de chips avanzados, aunque la experiencia y los recursos necesarios son importantes.
La demanda de procesadores Nvidia sigue creciendo y la empresa colabora con Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) para fabricar sus chips. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China también podrían afectar a la empresa, siendo los chips un punto álgido en la disputa.
Las disrupciones tecnológicas son difíciles de predecir y la IA no es una excepción. Nvidia ha sido pionera en predecir tendencias tecnológicas, consolidando su posición junto a gigantes como Apple y Microsoft en Wall Street.
Ujaldón concluye que Nvidia ha demostrado una extraordinaria capacidad para anticiparse y adaptarse a la innovación tecnológica, posicionándose como líder del mercado en IA e informática avanzada.